- ADICTIVO: 8,5/10
- VALORACION DEL 1-10: 8,5/10 = Es un libro bastante peculiar, con una historia bastante poco común, no es muy compleja, pero sí que es muy entretenida. Tiene un punto de crítica hacia la sociedad bastante interesante, y me ha gustado el punto filosófico que muestra a veces el mismo libro. Es una historia futurista, que nos enseña lo agradecidos que debemos que estar por vivir como hoy en día. Lo recomendaría sin lugar a dudas para una lectura sencilla.
- RESUMEN: Ha finalizado la llamada “Época De
La Mortalidad”, la humanidad es inmortal. Nuestro planeta tiene un limite de
personas que puede albergar. Antaño, era la naturaleza la que se encargaba de
quitar vidas mediante silenciosas asesinas como las enfermedades, pero
actualmente ese poder ha recaído sobre La Guadaña.
Ya no hay políticos, ni mandatarios, solo existe El
Nimbo una inteligencia artificial que rige las leyes. El Nimbo lo
sabe todo, nada se le puede ocultar, excepto una constitución, La Guadaña. Y
es que esta es la única constitución que cuenta con sus propias leyes, y que
queda exenta de las normas que impone El Nimbo.
Una tranquila tarde, Citra se encuentra con su familia
a punto de cenar cuando alguien toca a la puerta. Cuando la va a abrir, Citra
se pone nerviosa puesto que detrás de su puerta se haya un segador (personas
encargadas de cribar a la gente – de quitarles la vida-).
Rowan es un chaval que pasa desapercibido. No destaca
en nada ni le ocurre nada interesante en su vida hasta que se cruza con un
antiguo segador. Al parecer, este segador esta a punto de cribar a uno de sus
compañeros, lo que horroriza a Rowan. ¿Tendrá pensado cribarle a el también?
¿Ese compañero tan amable que ha hecho para ser merecedor de la criba?
Tanto Rowan como Citra serán aprendices del famoso
segador Faraday. Deberán entrenarse para conseguir convertirse en Segadores,
pero solo uno de los dos lo conseguirá, y, lo que es peor, el que lo consiga
deberá cribar al otro como muestra de valentía.
La Guadaña Midmericana esta mas enfrentada que nunca.
Se divide en dos grandes grupos de segadores diferentes, los tradicionales que
defienden el respeto hacia las victimas cribadas, y los segadores modernos que
defienden que el ser segador es un privilegio, y que debe tratarse como tal. Estos últimos afirman que los segadores deben tener vidas de reyes, y poder cribar todo lo
que quieran por gusto.